La inmigración europea fue fomentada por la Constitución Argentina de 1853 bajo la base del precepto, gobernar es poblar, destinada a generar un tejido social rural y a finalizar la ocupación de los territorios obtenidos mediante la campaña militar, conquista del desierto.
Argentina, al igual que Australia, Canadá o Estados Unidos, está considerado como un país de inmigración, cuya sociedad ha sido influida en buena medida por un fenómeno inmigratorio masivo, que tuvo lugar a partir de mediados del siglo XIX. Al igual que en el caso de los otros países mencionados, la Argentina constituyó uno de los principales países receptores de la gran corriente emigratoria europea, que tuvo lugar durante el período que transcurre desde 1800 hasta 1950, aproximadamente. El impacto de esta emigración europea transoceánica, que en América fue muy grande, en la Argentina fue particularmente intenso por dos motivos:
por la cantidad de inmigrantes recibidos;
por la escasa población existente en el territorio;
En efecto, en el primer censo de 1869 la población argentina no alcanzaba a 2 millones de habitantes. Por otra parte, ya para 1920, un poco más de la mitad de quienes poblaban la ciudad más grande, Buenos Aires, eran nacidos en el exterior. De acuerdo a la estimación efectuada por Zulma Recchini de Lattes la población argentina, que de acuerdo al censo de 1960 era de aproximadamente 20 millones de habitantes, si no hubiese existido el aporte de la corriente inmigratoria proveniente de Europa, y en menor medida, la proveniente de Medio Oriente, sólo hubiera tenido para ese entonces poco menos de 8 millones de habitantes.
Los inmigrantes y sus lugares de orígen luego de 1853
A fines del siglo XIX y principios del siglo XX, en general América y, en el sur, en especial Argentina y Brasil, despertaban la esperanza de todos los deseosos de encontrar seguridad o prosperidad, alejándose de la adversidad de la guerra, la persecución racial o política y el infortunio económico.
En aquel momento la inmigración que ingresó a la Argentina se desarrolló en períodos diferenciados y por distintas causas. Los inmigrantes provenían de distintos países europeos y asiáticos, destacándose los italianos y españoles -siendo ambos el grupo más numeroso-, franceses, polacos, rusos, alemanes del Volga, sirios y libaneses, otros grupos de alemanes, checoslovacos, irlandeses, galeses, escoceses, ingleses, portugueses, yugoslavos, suizos, belgas, escandinavos y neerlandeses.
El Conventillo
En efecto, los inmigrantes construyeron sus casas sobre los pilotes de madera y paredes de chapa. Se las conoce con el nombre de conventillos (diminutivo de convento).
Sencillos balcones, improvisadas escaleras y muros multicolor". Había que aprovechar los sobrantes de pintura utilizados en el calafeteado de los barcos”, claro esta que con el transcurso de los años, aquella “necesidad" pasó a ser un “efecto deseado”.
Cabe destacar, que se consideraba conventillo o casa de inquilinato "a aquellas que alberguen a más de cinco familias o personas independientes, incluído un encargado, cuya unidad de locación sea una pieza, y que tienen en común los servicios de baños, lavatorios, letrinas y lavaderos”. Según una ordenanza municipal, la superficie de las habitaciones no debería se menor a 12 metros
cuadrados y su altura mínima de tres y medio .
El Barrio de La Boca es el más típico barrio de Argentina y el lugar donde acunó inmigrantes provenientes de Italia y España...con sus casa de colores, Caminito, sus pintores en las calles, los tangos, el mercadillo, la cancha de Boca... es lo más bonito y pintoresco de la capital argentina.
"Bailando el Tango en La Boca.."
El Puente de La Boca
Caminito....
Conventillo
Imágenes de La Boca... Un barrio típico de Buenos Aires.
Extracto de un trabajo de investigación realizado por la alumna Nadia Soria de la Escuela Comercial N°19 "Juan Montalvo", sobre el tema de "La inmigración en Argentina."
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